La RAÍZ DE GENCIANA (Gentiana lutea) es muy valorada para tratar problemas hepáticos gracias a sus propiedades que favorecen la función del hígado y la vesícula biliar.
- COLAGOGA: Estimula la producción y liberación de bilis desde la vesícula biliar hacia el intestino; la cual es crucial para la digestión de las grasas y la eliminación de desechos tóxicos del cuerpo. Útil en casos de insuficiencia biliar y en la digestión lenta de grasas.
- HEPATOPROTECTORA: Ayuda a proteger y regenerar el hígado, favoreciendo su funcionamiento y ayudando en la desintoxicación del organismo. Se utiliza para prevenir daños en el hígado provocados por el consumo de alcohol, medicamentos o toxinas.
- DEPURATIVA: Ayuda a limpiar el hígado de toxinas acumuladas, mejorando la función hepática general. Esta acción es beneficiosa para afecciones como hígado graso o congestión hepática.
- DIGESTIVA: Estimula las secreciones digestivas, incluyendo los ácidos gástricos y las enzimas, facilitando la digestión y evitando que el hígado se sobrecargue al procesar alimentos pesados o difíciles de digerir.
- ANTI-INFLAMATORIA: Puede reducir la inflamación en el hígado o en los conductos biliares, aliviando síntomas de enfermedades hepáticas leves.
Infusión o decocción de raíz de genciana:
1 cucharadita de raíz de genciana seca y 1 taza de agua. Hervir la raíz en agua durante 5 a 10 minutos, luego dejar reposar, colar y tomar 1 taza de esta infusión o decocción 30 minutos antes de las comidas principales. Esto ayuda a estimular la producción de bilis y facilita la digestión de las grasas.
La raíz de genciana es un excelente aliado para mejorar la función hepática, estimular la producción de bilis, y ayudar en la digestión de grasas. Es ideal para tratar problemas como insuficiencia biliar, hígado graso o sobrecarga hepática. Es muy potente, por lo que no debe tomarse en exceso. Antes de comenzar a tomarla es recomendable consultar a un médico.
