La FLOR DE CÁRTAMO proviene de la planta Carthamus tinctorius, y se ha utilizado tradicionalmente con fines medicinales y culinarios. En la medicina tradicional China es utilizada para tratar estreñimientos y dolores en las articulaciones por sus propiedades antiinflamatorias.
Una de las aplicaciones más comunes de la flor de cártamo es como colorante natural para alimentos y bebidas. Se obtiene un color amarillo a rojo intenso dependiendo de la forma en que se procese la flor, y se utiliza para dar color a productos como arroz, sopas, salsas y licores.
Tomado en infusión caliente produce una profunda transpiración, la cual induce a un descenso de la temperatura corporal, por lo que es excelente en el tratamiento de fiebres o gripes.
Las flores contienen flavonoides que tienen una acción antioxidante y combaten los radicales libres. Las hojas de la planta de cártamo tienen una acción laxante.
Con sus semillas se produce el aceite de cártamo, que se utiliza en la cocina y en la industria cosmética. El aceite de cártamo es rico en ácidos grasos poliinsaturados, como el ácido linoleico, que se considera beneficioso para la salud cardiovascular. También ayuda a sintetizar las vitaminas y minerales provenientes de los alimentos; por lo tanto, contribuye al sistema inmunológico para la defensa contra microorganismos. Entre otros beneficios del aceite de cártamo para uso externo encontramos que hidrata la piel, mejorando su textura y reduce el acné debido a sus propiedades antibacterianas. También se utiliza para fortalecer el cabello y estimular su crecimiento.
